Un CELIACO es una persona sana que come diferente (tal y como dice la Doctora Isabel Polanco Allué). Un celiaco una vez diagnosticado y con la dieta #libredegluten no es en nada diferente a un individuo que no lo sea. Un diagnóstico de la enfermedad y una dieta sin gluten conduce a la normalización de la mucosa intestinal y a la negativización de los anticuerpos y con ello a la desaparición de los síntomas cuando los haya habido.
Como sabemos la celiaquía es una intolerancia a las proteínas del gluten que está presente en el trigo, cebada y centeno y no en la avena, que produce una lesión inflamatoria crónica de la mucosa intestinal:
IMPORTANTE tener en cuenta
EL CARÁCTER PERMANENTE de la enfermedad celiaca. Se es o no se es, pero no se deja de ser en un momento dado. Puede haber períodos donde los síntomas pueden incluso desaparecer o parece que un celiaco pueda tolerar determinadas cantidades de productos con gluten sin embargo la respuesta inmunológica y su intestino sí acusan el consumo de estos productos
LA EXISTENCIA DE MARCADORES GENÉTICOS ligados al sistema HLA.
La existencia de marcadores genéticos o predisposición genética y el consumo de gluten pueden junto con otros factores determinantes que se pueda desarrollar la enfermedad.
Factores como:
- Ausencia de lactancia materna
- Introducción precoz en la dieta del gluten (papillas en bebés)
- Infecciones virales
- Gestación, menopausia, intervención quirúrgica
son ejemplos que puede hacer que un sujeto que antes toleraba el gluten que al estar predispuesto genéticamente y concurra alguno o algunos de estos factores deje de tolerarlo
Se dice que sólo un 10% de los celiacos saben que lo son ya que no todos presentan sintomatología además de los potenciales celiacos (sólo un 3% lo desarrollarán). Si se deja evolucionar la enfermedad sin diagnóstico previo llega a dar la cara con complicaciones que es justo lo que deberíamos atacar. Por eso es tan necesario un diagnóstico sobre todo en grupos de riesgo.